El agua micelar se ha convertido en un producto básico en el cuidado de la piel en los últimos años. Es un tipo de limpiador facial suave y eficaz que ha ganado popularidad debido a sus múltiples beneficios y su capacidad para adaptarse a diferentes tipos de piel.
El agua micelar se compone principalmente de moléculas llamadas micelas. Estas micelas son estructuras microscópicas que contienen una cabeza hidrofílica y una cola lipofílica. La cabeza hidrofílica atrae y se une al agua, mientras que la cola lipofílica atrae y atrapa las impurezas y el maquillaje.
Una de las principales ventajas del agua micelar es su capacidad para limpiar suavemente la piel sin dejarla seca o irritada. A diferencia de otros limpiadores faciales, no es necesario enjuagar el agua micelar después de su uso, lo que la convierte en una opción conveniente para la limpieza diaria y el desmaquillado.
Además de su acción limpiadora, el agua micelar también puede proporcionar otros beneficios para la piel. Algunas fórmulas contienen ingredientes hidratantes, como ácido hialurónico o glicerina, que ayudan a mantener la piel suave y humectada. Otros productos pueden contener ingredientes calmantes, como extracto de manzanilla o aloe vera, que ayudan a reducir la irritación y calmar la piel sensible.
El agua micelar es adecuada para todo tipo de piel, incluyendo piel seca, grasa, sensible y mixta. Es una opción especialmente popular para aquellos que prefieren una rutina de cuidado de la piel más suave y minimalista. Puede ser utilizado como el primer paso de una rutina de cuidado de la piel, antes de aplicar otros productos como sueros o cremas hidratantes.
Para utilizar el agua micelar, simplemente aplica una pequeña cantidad en un algodón o una toallita facial y pásalo suavemente por el rostro, los ojos y los labios. No es necesario frotar ni enjuagar después. Se puede repetir el proceso hasta que el algodón salga limpio.
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